11. La universidad comprometida (engaged)
El compromiso da lugar a una imagen de creciente demanda de aprendizaje permanente, pero principalmente en el contexto de una educación personalizada y orientada a la resolución de problemas. En relación con esto, Smidt y Sursock[1] se refieren a «Engaged University» como un tipo de universidad que utiliza el aprendizaje permanente, entre otras cosas, para ampliar el concepto de educación superior, como ellos lo expresan, «para permitir que la educación superior demuestre valor más allá de sus propios muros: en el mundo real (Real World Learning)».
La fortaleza de las universidades va a residir en el hecho de que ofrezcan educación e investigación utilizando problemas y cuestiones de la vida real, y participando en investigaciones que se derivan y desarrollan en conjunto con los usuarios finales. Esto garantiza que la investigación promueva la innovación social, económica y tecnológica en una asociación recíproca.
La universidad comprometida tendrá que hacer frente a todos estos problemas mencionados antes, que requerirán innovación tecnológica para desarrollar nuevos productos y soluciones. Pero, además, en muchos aspectos, el futuro también tratará de redistribuir los recursos escasos y lograr formas estables de gobierno que garanticen, por ejemplo, materias primas y alimentos suficientes para gran parte de la población mundial. No se trata de problemas tecnológicos, sino sociológicos, para en los cuales las ciencias sociales y las humanidades son necesarias para aportar soluciones.
La universidad comprometida brindará a estas disciplinas nuevas oportunidades. Sin embargo, la complejidad de los problemas también requerirá, en mayor medida, personas con formación académica que sean capaces de percibir las conexiones entre los problemas sociales y pensar en términos interdisciplinarios.
12. La universidad internacional
«Internacionalización» es actualmente una palabra obligada en todas las universidades, independientemente de dónde se encuentren ubicadas en la geografía mundial. En las próximas décadas, también habrá una creciente colaboración entre universidades a ese nivel, con lo cual la aldea académica global parece estar convirtiéndose en una realidad.
La globalización y la internacionalización constituirán poderosas motivaciones para los cambios que experimentarán las universidades en los próximos 25 años. Existe una necesidad urgente de mantenerse al día con los avances globales y, de ese modo, conservar el acceso al talento y la innovación. Pero, con demasiada frecuencia, existe una tendencia a pensar primero en términos de movilidad estudiantil como la razón de existir de la internacionalización. Si bien esto es muy importante, atraer a los mejores profesores e investigadores es al menos igual de importante.
Es esencial que los países que están luchando por financiar equipos cada vez más costosos puedan acordar alianzas y hojas de ruta nacionales que promuevan la colaboración. La forma menos arriesgada de globalización en el futuro se llevará a cabo a través de redes de universidades colaboradoras, como la Liga de Universidades de Investigación Europeas (LERU) o la Asociación de Universidades Europeas (EUA).
En los próximos 25 años será posible ofrecer un aula de clase realmente internacional (Collaborative Online International Learning, COIL). Si una universidad desea mantenerse en el top, será esencial tener acceso al reservorio global de talento. Esto implicará estar inserto en un verdadero pool gravitacional cosmopolita e internacional o al menos en una red de circulación de talento. En este sentido, la colaboración en redes podría ser la respuesta a la apertura de campus filiales o a la participación con otras universidades, como han hecho las universidades financiadas principalmente por privados en los Estados Unidos e Inglaterra. La universidad en red parece convertirse en el modelo para la próxima década.
Una variante de esto es la «universidad triangular»: un triángulo de universidades colaboradoras en tres continentes que buscan obtener el máximo provecho de diversos avances. En la actualidad, todas las universidades más importantes del mundo forman parte de un centro mundial de conocimiento que se encuentra inserto en el contexto de grandes áreas urbanizadas, y seguramente esto seguirá siendo así en el futuro. En las próximas décadas, la urbanización en Asia dará lugar a unas cien megaciudades: aunque no todas ellas tendrán las mismas perspectivas de convertirse en un centro mundial de conocimiento, está claro que, en consecuencia, se producirá un cambio significativo en dirección hacia Asia.
En las próximas décadas, veremos un gran aumento de formas de colaboración o agrupamiento entre universidades a nivel nacional e internacional y es posible que estas tengan más éxito que las que se queden por fuera de esta realidad. Hay que madrugar a escoger pareja.
[1] Smidt, H., & Sursock, A. (2011). Engaging in lifelong learning: shaping inclusive and responsive university strategies. EUA (European University Association), publications 2011.