«El amor se aprende».
—El circo del infinito, pág. 73
En El arte de amar, Erich Fromm argumenta que el amor no es simplemente un sentimiento espontáneo, sino una habilidad que debe aprenderse y cultivarse. A lo largo del libro, subraya la idea de que el amor requiere práctica, disciplina y conocimiento, del mismo modo que cualquier otra forma de arte.
Fromm critica cómo las sociedades modernas tienden a descuidar la educación emocional. En este contexto, insiste en que el amor no puede florecer de forma automática, sino que es necesario un aprendizaje continuo para superar los obstáculos culturales y personales.
La educación emocional es el camino para aprender a amar.