«Es una pena que no nos silbemos unos a otros, como los pájaros. Las palabras engañan».
—Halldór Laxness
El islandés Laxness, premio nobel de literatura en 1955, escribió la novela denominada Bajo el glaciar, en la cual aparece esta frase. En ella combina sátira, misticismo, reflexión religiosa, humor y un fuerte sentido de lo mítico, ambientado en Islandia.
“Las palabras engañan” presenta el lenguaje humano como insuficiente para captar lo esencial, lo profundo. En el ambiente del glaciar, se sugiere que existen formas de comunicación más primordiales y auténticas (como el «silbar») que las meras palabras, llenas de ambigüedad o engaño.
En el entorno de la obra —una comunidad remota a los pies del glaciar, con rituales, silencios y cosmovisión casi mítica—, Laxness plantea que hay dimensiones de la experiencia humana (y quizá de lo divino, lo natural) que el lenguaje ordinario no alcanza a comunicar. Por tanto, invoca una forma más elemental de comunicación —como la música de los pájaros, libre de «palabras» humanas— que sería más auténtica, más acorde con la «verdad» profunda del ser humano frente a su soledad, la naturaleza y el misterio.