Novena medición ¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia?

Autor:

Gustavo Quintero

Fecha:

20 junio 2024

El reciente estudio de percepción llevado a cabo por la Universidad del Rosario, Cifras & Conceptos, Hanns Seidel Stiftung y El Tiempo arroja luz sobre los sueños, ilusiones, miedos y retos de los jóvenes colombianos, en el rango de edad de 18 a 32 años.

Los hallazgos de la encuesta, que contó con la participación de 2010 personas de diferentes niveles socioeconómicos en la zona urbana de Medellín, Barranquilla, Bogotá, Montería, Quibdó, Pasto, Cúcuta, Pereira, Bucaramanga, Cali, Arauca y San Andrés, nos permiten comprender mejor a esta generación que será protagonista del futuro de Colombia.

Los resultados muestran que, a pesar de los desafíos que enfrenta el país, la alegría (64%) y la sorpresa (51%) son las emociones predominantes entre los jóvenes, superando ampliamente al miedo (25 %), la tristeza (21 %), la ira (19 %) y el desagrado (15 %).

La alegría es una emoción positiva momentánea, por supuesto, ya que no se puede estar alegre todo el tiempo, pero observamos que esta emoción positiva viene en un ascenso sostenido según las mediciones realizadas desde mayo de 2021. Esta es una tendencia que causa mucha ilusión porque una juventud con alegría en aumento es indicativo de una sociedad que tiene futuro. De manera que, tengo mucha confianza y esperanza en que esta juventud va a marcar la diferencia en nuestro país.

¿A quién acuden cuando necesitan apoyo emocional?

El estudio revela que el 65 % de los jóvenes busca apoyo en su familia, el 25 % en su pareja y el 23 % recurre a sus amigos. Sin embargo, es preocupante que solo un pequeño porcentaje (5 %) considere la asistencia de profesionales y que un 11% se encuentre sin ningún tipo de apoyo (66 % hombres y 34 % mujeres).

Esto nos hace notar un preocupante incremento de la soledad, un problema social particularmente triste entre los jóvenes que, en teoría, deberían estar rodeados de un entorno social activo y apoyo constante. A diferencia de los adultos, que pueden experimentar soledad por elección, circunstancia o abandono, no es usual que los jóvenes se enfrenten a estas tres condiciones. Además, la soledad se agrava cuando se combina con problemas de salud mental, un desafío global que se ha intensificado tras la pandemia.

Si bien la encuesta muestra que los jóvenes podrían recurrir a su familia, amigos y redes de apoyo ante situaciones complejas, también es una realidad que muchos de ellos no cuentan con estas opciones. Se espera que la familia sea el primer refugio ante problemas como la depresión y la ansiedad, que a menudo permanecen ocultos debido al estigma social, pero no siempre es así. Si la familia no responde, los amigos podrían ofrecer acompañamiento, pero aquellos jóvenes solitarios generalmente carecen también de amistades.

En estos casos, la ausencia de un sistema de bienestar que proporcione salud preventiva deja a las personas sin redes de apoyo, enfrentando graves problemas. Por tanto, es crucial fortalecer los lazos familiares y fomentar el acompañamiento a través de la amistad desde una edad temprana. Además, el Estado debe brindar sistemas de apoyo para aquellos cuyas redes personales fallan, garantizando asistencia profesional en la superación de problemas de salud mental.

El capital social de una nación está directamente relacionado con el bienestar mental de sus ciudadanos. Si países como el nuestro no se preocupan por la sanidad mental de sus ciudadanos, el capital social que tendrán en el futuro será supremamente pobre.

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