La obra confronta, además, la vivencia de la medicina desde diferentes posiciones del protagonista-autor como paciente, como familiar del paciente y como médico, pero, también, en los diferentes roles que el médico como tal debe asumir para encontrar el punto de encuentro de este ejercicio en su confluencia en el servicio para la vida humana. En el humanismo. La novela destaca, al final, la necesidad de recuperar un nuevo tipo de humanidades en el cual la tecnología digital y la conectividad sean utilizadas para mejorar la vida humana a través de la medicina, y para promover valores humanísticos —tales como la empatía, la inclusión y la justicia— y propiciar ese encuentro necesario entre humanos y máquinas y de esta manera evitar la singularidad. El autor demuestra mucha capacidad para jugar con muchos registros, y la novela es una hibridación literaria que fusiona subtipos en una misma historia en la cual el protagonista nos introduce en diferentes momentos del trasegar por su propia existencia, marcada por una característica, la de un cuidador incesante que narra su historia entre lo autobiográfico y lo ficcional.