Gustavo Quintero

Yo nací un lunes. Era un 9 de octubre y no estoy seguro de la hora. Esta siempre ha sido una gran incógnita ya casi imposible de resolver por ausencia de testigos vivos. En los documentos oficiales, aparezco como nacido a las dos de la madrugada, pero en el libro de mi nacimiento, diligenciado de forma manuscrita por mi padre, aparezco que nací a las dos de la tarde. Ese día Girardot, mi ciudad natal, celebraba noventa y ocho años de su fundación. Una ciudad calurosa en la ribera del río Magdalena, por donde entró buena parte del desarrollo del país. Soy porteño.

 

Nací en el seno de una familia de clase media. Mi padre era comerciante y agricultor y mi madre ama de casa. Hice todo mis estudios de educación básica y media en mi ciudad natal y posteriormente estudié medicina en la Universidad del Rosario de Bogotá, donde me gradué de doctor en medicina y también de especialista en cirugía general. Ejercí la profesión de cirujano desde entonces y hasta cuando decidí irme a vivir al Reino Unido, donde hice una maestría en microbiología médica y una especialización en trasplante de hígado. A mi regreso al país inicié el programa de trasplantes de hígado en Bogotá, donde hice el primero en la historia de la ciudad capital. También cree el programa de microbiología quirúrgica y me desempeñé como director de la división de educación, todo esto en los casi veinte años que estuve vinculado a la Fundación Santa Fe de Bogotá que me acogió a mi regreso de Inglaterra. Digamos que fui cirujano en el siglo pasado.

Desde que dejé la medicina y la cirugía, me he dedicado a la academia. Contribuí a crear una de las escuelas de medicina más exitosas del país y luego reformé el currículo de medicina de mi propia escuela, la Universidad del Rosario, donde fui profesor, decano, vicerrector y rector.

He vivido en casi todos los continentes, a través de estudios y estancias académicas realizados entre esas épocas. Yo soy un viajero empedernido.

Siempre quise ser escritor y de hecho, he publicado más una docena de libros académicos y alguno de historia. Lo que si no he dejado de hacer nunca es leer mucho lo cual me ha servido últimamente, cuando he tomado la decisión de retirarme de la academia para dedicarme de lleno a la escritura creativa, para lo cual cursé y me gradué como master en la Universidad de Salamanca. He publicado desde entonces un poemario (versos ambiguos) y una novela de autoficción ( el circo del infinito).

He tenido por principio reinventarme cada cierto tiempo; por ello, y para cumplir ese deseo, me he preparado previamente en los temas que voy a emprender, pues una reinvención responsable implica la adquisición de conocimiento en esa nueva área o la profundización en ella para poder dar el salto y que este no sea al vacío. He estudiado Literatura con el objetivo de reinventarme de nuevo para este momento de volver a empezar, por fuera de la academia y en este campo. Será la última reinvención, lo puedo asegurar. Siempre he creído que nada ocurre aislado en la vida del hombre honrado.

Hace poco, en uno de mis últimos viajes, paré en Madrid y quise ir a ver de nuevo el Guernica, de Picasso, que está desde 1992 en el Museo Reina Sofía. Lo había visto la primera vez en el Museo del Prado en 1981, donde se expuso cuando retornó a España, después de haber permanecido cuarenta años en el MoMA de Nueva York. Apreciar el Guernica significa reconocer y valorar la profundidad emocional y simbólica de esta icónica obra maestra de Picasso, que pintó el sufrimiento y la angustia causados por la guerra y la injusticia.

El Guernica que vi ahora en el Reina Sofía es el mismo Guernica que vi en 1981, pero yo no soy el mismo. Han pasado seis lunes de cumpleaños desde entonces y, en el entretanto, he librado muchas guerras personales y colectivas.

1950

Yo nací un Lunes

1961

…Recuerdo una sesión solemne, de esas que para finalizar el año se usaban

en los colegios de antes, en la cual los profesores nos organizaban para representar un circo. Yo era el maestro de ceremonias del circo o jefe de pista; el actor mas visible del espectáculo, el mas relevante…

1967

…Terminaba ahí una época en una ciudada como mi natal Girardot, la unica

donde había vivido y crecido, con las características propias de las ciudades porteñas y calurosas, en las cuales uno vive sin precauciones y aprende a ser desabrochado y sincero y a adquirir el temperamento propio de los calentanos que miran en el río el transcurrir de su propio destino…

1972

…Tokio es caliente y húmedo en el estío y en la tarde que llegamos, 20 de junio

de 1973, lloviznaba…

1978

…Llegué a finales de marzo, en el inicio de la primavera. Esta vez pude ver el

sakura que empezó por Nagasaki y fue la primera vez que ocurrió tres dias antes de lo esperado…

1989

…El hígado falla —se muere— sin dar tiempo de nada y de manera fulminante,

lo cual quiere decir que se cambia por otro hígado sano o el paciente fallece…

1995

…Pero yo creo, más bien, que el destino es la idea de que las personas no

somos del todo libres para elegir el camino de la vida…

2000

…Todo lo bueno de la vida comienza con un poco de miedo…

2006

…Salí de allí con rumbo, pero sin destino avizorado. Al día siguiente cuando

me desperté, era un desocupado más en mi país, con una canasta llena de instantes, sin dinero y solo. Un escenario, sin duda, deplorable, que no duró más de cuarenta y ocho horas…

2017

…Los médicos deberemos enfocarnos más en el humanismo que en

cualquier otra cosa y en el pensamiento crítico, como banderas para que lo humano no desaparezca, so pena de quedar en el poder de las máquinas…

2023

…La vida es corta: rompe las reglas, besa despacio, ama de verdad, ríe fuerte

y nunca te arrepientas de algo que te hizo feliz…