«Perderse también es un camino…»
—Haruki Murakami
Esta frase de Murakami está en su novela Kafka en la orilla, en la cual el autor entrelaza dos historias paralelas con un tono onírico, surrealista y profundamente simbólico. Por un lado, la historia de Kafka Tamura, un adolescente que huye de su casa para escapar de una oscura profecía y encontrar su propia identidad. Por el otro, la de Satoru Nakata, un anciano que perdió su capacidad de leer y escribir tras un misterioso incidente en su infancia, pero que ha desarrollado la habilidad de comunicarse con los gatos.
La frase sugiere que no saber a dónde vamos, sentirnos desorientados o fuera de lugar, también puede formar parte del proceso necesario para encontrarnos a nosotros mismos. A veces, es en los momentos de pérdida, incertidumbre o dolor donde se generan los mayores descubrimientos personales. No tener un rumbo claro no significa estar estancado, sino estar en una especie de transición, en un camino alternativo al que también se le puede dar significado. Hay que seguir caminando.